miércoles, diciembre 13, 2006

MANIFIESTO: COOPERATIVA TEATRO DE ARTE DE SAN JUAN

"FIESTA PROVINCIAL DE TEATRO “TEATRINA 2006”
Una Selección ni PAREJA ni ABIERTA.


En esta última Selección correspondiente a la Fiesta Provincial del Teatro que se realizara en Noviembre de 2006, arrojó - para nuestro Grupo de Teatro Independiente “Teatro de Arte de San Juan” - un resultado inesperado.

La obra que pusimos en escena - “Pareja abierta” de Darío Fo – no fue seleccionada ni siquiera como obra suplente, y este resultado - por supuesto - nos llenó de inquietud como teatristas con más de veinticinco años de trayectoria en la actuación, la dirección, y la puesta en escena; casi quince años como grupo teatral independiente; nueve años como Cooperativa de Trabajo Teatral, con numerosos premios en las Fiesta Provinciales de Teatro, y con la distinción de haber representado a nuestra provincia en varias oportunidades en la Fiesta Nacional del Teatro.

Y ante esa inquietud, y para “llenar el vacío del desencanto”, arriesgamos algunos interrogantes a modo de posible respuesta al resultado:

· ¿Será que un texto como el elegido por nuestro grupo – del Premio Nobel en Literatura Darío Fo revisado por su esposa Franca Rame - carece de la densidad dramático-teatral exigida por estas selecciones?

· ¿Será que este jurado no creerá importantes para su evaluación – o, lo que es peor, no habrá existido - nuestro trabajo actoral, ni el sostenimiento del texto en cuestión, ni la empatía con el público, ni la calidad de la actuación de ambos teatristas?

· ¿O será que – a diferencia del público (habitué y “normal”)- habrá este jurado desechado ese trabajo actoral por considerarlo “demasiado tradicional” para sus avanzados trabajos (los de este jurado) de práctica e investigación sobre métodos y estéticas de actuación?

· ¿No les parecerá importante – o, tampoco habrá existido - el diseño escenográfico y el manejo del espacio de esta puesta teatral.? (Aunque esto es un poco más difícil de entender, y nos inquieta aún más, en el sentido de que en este aspecto estos jurados podrían haber llegado a colegir - desde sus avanzadas y complejas categorías del pensamiento – que no se trata de una disposición espacial tradicional, que de alguna manera responde a la concreción material de la idea fuerza de
la obra, que resulta funcional a la convención y a la atención del público asistente ya que los puntos de vista cambian constantemente de acuerdo al nudo de la acción contenida en cada una de las muchísimas escenas y cuadros que componen la obra).

· ¿Será que en la evaluación de la puesta de luces, este jurado llegó a la conclusión de que la misma no determina espacios y densidades dramático-teatrales por sí misma; que no marca - como un código más - el paso de un contenido a otro, de un estado a otro, de un espacio temporo-espacial a otro; entre otros cometidos buscados (y al parecer de este jurado) no logrados - desde el diseño de la puesta total?

· ¿Será que una obra para ser seleccionada no debe ser accesible a todo tipo de público, al vehiculizar profundos planteos ideológicos a través de la comedia y la risa asesina de las defensas y el temor impuestos por nuestra sociedad?

Como nuestra inquietud persistía seguimos buscando razones, explicaciones, respuestas, nos detuvimos entonces a pensar y analizar las observaciones realizadas por este jurado en la “devolución”, por ejemplo:

El Sr. Millares no conocía la versión de Pareja Abierta de Carla Matteini (Ediciones Júcar – 2ª edición - 1988 - Madrid), donde el final es tal y como se trabajó y actuó en la obra), por lo que preguntando a nuestro representante “porqué habíamos cambiado el final” criticó este supuesto cambio, sosteniéndose en versiones de la obra que él mismo habría leído o visto. Esto fue apoyado por otro miembro de ese jurado, el Sr. Castro quien – tal como acotó – también habría visto una puesta de Pareja Abierta donde el final es distinto al de la puesta de Teatro de Arte, esto es: los personajes se reconcilian.

Y reflexionando sobre esto, nos planteamos los siguientes interrogantes:

· ¿Será que - más allá de los desconocimientos de este jurado y dentro de los novísimos métodos que desarrollaron como tal - no es aconsejable un final (el elegido por nosotros) inesperado y desestructurante, que siembre en el inconsciente del espectador el debate e imponga la reflexión?

· ¿Será que, en lugar de “un final cambiado” - según el prejuicio de este jurado - deberíamos haber optado por un final conservador, muy conservador, desde el punto de vista del statu quo imperante en nuestras sociedades subdesarrolladas?.

Otro hecho sobre el cual reflexionamos es que en dicha “devolución” el integrante de ese jurado, Señor Castro, “concluyó” que la obra aburría porque había visto que el público se retiraba antes de su finalización.

· ¿Será que deberíamos habernos tomado el trabajo – para que ingrese al riguroso análisis del Sr. Castro por la responsabilidad que le cabe como jurado – de aclararle que sólo se retiraron dos parejas, una de ellas (amiga de la casa) porque consideró inconveniente para su hija menor el texto, y la otra porque el caballero, periodista y conductor radial, debía comenzar su programa en vivo a las 24.00 Hs.?

· Claro, el Sr. Castro no podía estar en las mentes de nuestro público asistente. De todas maneras quizá nos deberíamos haber atrevido a sugerirle que si el público alternaba entre el silencio y la risa, sin mediar entre ambos estados más que la atención continua sobre las peripecias de la obra y las evoluciones de los actores en el espacio escénico, es probable que no se estuviera aburriendo.

Analizamos además el hecho de que el Sr. Millares nos preguntó si no habíamos pensado en “acortar” el texto, ya que le parecía muy “largo”. Quizá nuestro error haya sido entonces asumir el desafío de respetar la extensión del texto completo de Fo, manteniendo la atención permanente del público hasta el desenlace final; junto con la adaptación geográfica, social, y política a nuestra realidad local que llevamos a cabo sobre el mismo, adaptación que tampoco – quizá otro de nuestros errores – nos tomamos el trabajo de aclarar a ese jurado.

En fin, después de preguntarnos y plantearnos estos posibles argumentos y/o razones de tan – para nosotros – inesperado resultado, no llegamos a encontrar una explicación definitiva para la abolición de nuestra participación y nuestra puesta en escena por parte de ese jurado, que calmara nuestra inquietud y desencanto.

Entonces aparecieron en nuestras cabezas otras posibles explicaciones:

· ¿Será que el Jurado o la mayoría de sus integrantes poseen un marco paradigmático teatral estrechamente
acotado? O sea: No tienen la cabeza abierta como para - además de tener en cuenta en su evaluación lo novedoso de la experimentación y de la investigación teatral - apreciar y valorar en su real dimensión de espectáculo teatral a la puesta en escena de un texto legítimamente extenso, cargado de una idea fuerza perfectamente definida, sobre uno de los tópicos más universales de las relaciones entre los seres humanos.

· ¿Será que en los novísimos métodos desarrollados por este jurado sus criterios de evaluación no son parejos para los distintos componentes del hecho teatral?

· ¿Será que no poseen una disposición mental teatral abierta para la expectación y la evaluación de obras de texto como la que elegimos trabajar?

· ¿Será que sus criterios y valoraciones cambian según el ánimo que los disponga cada día de trabajo como jurado?

· ¿Será entonces que los miembros integrantes de este jurado no tuvieron criterios parejos ni la cabeza abierta?

Y como en función de lo expuesto precedentemente, para calmar nuestra inquietud y desencanto nos es dable acompañar el “análisis” y la decisión de este jurado o, al contrario, estar en desacuerdo con ella, preferimos ser sinceros con nosotros mismos y manifestarnos en desacuerdo, en completo desacuerdo, además de creer que no
existe la idoneidad necesaria en el conjunto de dicho jurado para el análisis y la decisión necesarias en este tipo de certámenes.

También entonces es nuestra decisión manifestar que este elenco de la Cooperativa Teatro de Arte de San Juan, no aceptará de ahora en más, participar en ninguna selección que tenga por jurado al Sr. Millares o al Sr. Castro.

También manifestamos que el Instituto Nacional del Teatro, sus máximos responsables, debería revisar – a nuestro entender – los criterios de selección de los
jurados que tienen a su cargo estas tareas, priorizando en los mismos la experiencia concreta de puestas en escenas por sobre otras condiciones o antecedentes.

A nuestros compañeros de los grupos seleccionados nuestra felicitación y mucha mérde!, no es materia ni
intención de este manifiesto descalificar sus trabajos. No queremos desvestir santos para vestir otros, es sólo que no reconocemos potestad alguna de ese jurado sobre nuestro trabajo, y quisiéramos contar con la ventura buena de que alguna vez, aunque sea por accidente, nos evalúen como creemos que es debido y no nos sorprendan, cual pericana en la siesta sanjuanina.

SAN JUAN, Diciembre de 2006.-
COOPERATIVA TEATRO DE ARTE DE SAN JUAN

También manifestamos que el Instituto Nacional del Teatro, sus máximos responsables, debería revisar – a nuestro entender – los criterios de selección de los jurados que tienen a su cargo estas tareas, priorizando en los mismos la experiencia concreta de puestas en escenas por sobre otras condiciones o antecedentes.
A nuestros compañeros de los grupos seleccionados nuestra felicitación y mucha mérde!, no es materia ni intención de este manifiesto descalificar sus trabajos. No queremos desvestir santos para vestir otros, es sólo que no reconocemos potestad alguna de ese jurado sobre nuestro trabajo, y quisiéramos contar con la ventura buena de que alguna vez, aunque sea por accidente, nos evalúen como creemos que es debido y no nos sorprendan, cual pericana en la siesta sanjuanina.
SAN JUAN, Diciembre de 2006.-
COOPERATIVA TEATRO DE ARTE DE SAN JUAN

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